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- fredybuitragot
- 28 ago 2017
- 1 Min. de lectura
Los intereses que quiero plantear en mi trabajo, las inquietudes que me planteo para resolver a través del trabajo plástico, son cuestiones de forma, pero no en un sentido literal sobre la forma de la escultura, –el continente de una materia específica– sino en el sentido conceptual de la forma. Se trata de aquello que es opuesto al contenido tema, argumento, materia de investigación. Así pues, en la medida que mi trabajo carece de contenido, es la forma, lo que me hace preguntar sobre una configuración gramatical de la obra de arte; la obra de arte como objeto expulsado al mundo, carente de referencias narrativas, más que de su propia naturaleza. Un objeto que se cuestiona su propia existencia. Y su relación histórica, contextual, con los demás objetos de arte.
Entonces las ideas de la obra como instante de suspensión, como proceso, no son más que intenciones, aspiraciones, sobre la construcción ‘formal’ de los objetos, hasta ahora de una naturaleza heterogénea en cuanto a su categorización.
Pero ¿Cómo mi procesos plástico, partiendo de este punto puede ser ensayos gramaticales sobre la construcción de la obra misma? ¿necesito tener un tema, para utilizarlo como pretexto de un lenguaje plástico, para que este tema se convierta en la ligazón obligatoria que dota de coherencia a un trabajo?
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