Tiempo / Escultura
- fredybuitragot
- 6 sept 2017
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El tiempo, de alguna manera atraviesa a la roca y al escultor. Hay unos procesos físicos y de tiempo que anteceden la configuración de una piedra; procesos geológicos que rebasan la temporalidad del hombre.
La roca se elige para la escultura como material que perdura, como material no-finito, para tomar una forma que es la de la creación del hombre, una prolongación de su aura, su ‘genio creativo’ se materializa en algo que es perdurable y que, además se inscribe en la duración de esta materia. La roca preserva, soporta…
La labor del arqueólogo como la del escultor, es extraer de la roca la forma, la imagen de algo que está allí contenido como sedimento. Solo que en el caso del primero, se trata de un pasado que se quiere develar en el presente, y en el segundo, de un presente al que se le quiere dar continuidad en el futuro.
la roca es símbolo de inmortalidad, de lo que no se puede destruir. La escultura es un reflejo que el hombre hace de su propia carne frágil, perecedera. Lo vano se convierte así en algo elevado, lo frágil y destructible se vuelve imperecedero.
Por eso nos inquietan las esculturas mutiladas o decapitadas. existe en ellas una tensión que trae de vuelta lo frágil del cuerpo, incluso visto a través de una roca. Sin embargo, al ver una escultura decapitada quizás no vemos un cuerpo mutilado o la imagen de un cuerpo moribundo o sin vida. la estatua permanece en pie, con otra vida y otra fuerza que no es la de los cuerpos, sino la fuerza de la materia.
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